Acabar con el desperdicio alimentario

Uno de los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los próximos años es reducir a la mitad el desperdicio de alimentos, un problema que afecta a todos los países del mundo, en especial a los más poblados. Se calcula que se desechan 931 millones de toneladas de comida al año, cifra que habría que intentar reducir al máximo, si queremos ayudar a resolver uno de los mayores problemas que se nos presentan como especie: cómo se alimentará en el futuro una población mundial que no para de crecer y con unos recursos limitados.

En España, según datos del 2020, se desaprovecharon una media de 31 kg de comida por persona, debido a una ineficiencia en toda la cadena de producción, desde la cosecha de los alimentos o la venta minorista, hasta su preparación en hogares, bares o restaurantes. De ahí que el Gobierno esté a punto de poner en marcha una ley, como ya han hecho países como Francia o Italia, para reducir este desperdicio, favorecer un mejor aprovechamiento y hacernos más conscientes a todos del problema.

Packaging de comida para llevar

 

Todos los agentes de la cadena alimentaria tendrán la obligación, a partir de enero de 2023, de disponer de un plan de prevención, identificando dónde se producen las pérdidas de alimentos y fijando medidas para minimizarlas. La ley también establece dónde deberán ir destinados estos alimentos, cuya prioridad será el consumo humano, a través de la donación o la redistribución, estableciendo convenios de colaboración con empresas, entidades de iniciativa social, bancos de alimentos o ONG.

También se contempla la transformación de los alimentos que no se hayan vendido y que mantengan unas condiciones óptimas de consumo, en productos como zumos o mermeladas, entre otros. Y como última opción, servirán para la alimentación animal o para la obtención de compost o biocombustibles.

Cajas «Lunch Box» THEPACK®

 

¿Cómo afecta la Ley de Desperdicio Alimentario al sector HORECA?

Las empresas de hostelería deberán asumir también su parte de responsabilidad y tendrán la obligación de facilitar al consumidor recipientes para que pueda llevarse a casa, sin coste adicional, los alimentos que no haya consumido, así como reflejar este derecho de los consumidores en la carta o en el propio establecimiento. Quedarán excluidos, obviamente, establecimientos tipo bufé libre o similares.

Cajas de comida para llevar con ventana

 

Disponer de este tipo de envases aptos para el uso alimentario, y que sean reutilizables o fácilmente reciclables, será por lo tanto imprescindible en pocos meses. En García de Pou hace ya años que trabajamos en esta línea, fabricando envases sostenibles para uso alimentario para el canal HORECA. Cajas «Lunch Box», cajas americanas, envases multiuso estancos y recipientes libres de plástico 100% ecológicos. También bolsas de papel con asas y sin asas, con las que los clientes podrán llevarse cómodamente la comida que les haya sobrado para consumirla cuando quieran.

Cajas americanas estancas

 

El despilfarro alimentario nos perjudica a todos como sociedad y es urgente promover acciones que ayuden al desarrollo de una economía circular. Pero eso solo se conseguirá si ponemos todos de nuestra parte. Algunas conclusiones del estudio que se ha hecho antes de tirar adelante esta ley, desvelan algunos datos para la reflexión. Como, por ejemplo, que la fruta, seguida de la verdura, es el alimento que más se desperdicia, que la población de entre 35 y 54 años es la que más despilfarra y que gran parte de la comida que se tira a la basura ni siquiera se ha tocado.

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